Ensayos clínicos: por qué son importantes y cómo los marineros 12 comenzaron todo

A menudo hablamos de los ensayos clínicos como el futuro de la medicina, y con razón, pero tomemos un momento para apreciar su pasado. Puede que le sorprenda saber que el primer ensayo clínico jamás registrado tuvo lugar hace más de 270 años.

En 1747, James Lind era cirujano en la flota de la Royal Navy de Gran Bretaña. En ese momento, el escorbuto se había cobrado la vida de casi 1,400 marineros británicos. Al notar una diferencia en algunos de los alimentos disponibles en las flotas menos afectadas por la enfermedad, el Dr. Lind planteó la hipótesis de que los alimentos ácidos, como los cítricos, podrían ayudar a tratar la enfermedad.

Con esa hipótesis, realizó el primer ensayo clínico registrado en el mundo.

Reclutó a 12 hombres de la Royal Navy para probar la teoría dando diferentes alimentos ácidos, como vinagre, naranjas y limones, a seis grupos de voluntarios. Después de unos días, registró los resultados en su diario y dijo: “los resultados de todos mis experimentos fueron que las naranjas y los limones fueron los remedios más efectivos para este moquillo en el mar.”

Cómo los ensayos clínicos impulsan el futuro de la medicina

Si bien los ensayos de investigación clínica han recorrido un largo camino desde el estudio del Dr. Lind en 1747, los frutos de su trabajo (juego de palabras) no se pierden. Su prueba demostró que el escorbuto se derivaba de una deficiencia de vitamina C, una conclusión que continúa impulsando cómo se trata el escorbuto en la actualidad.

Los ensayos clínicos continúan dando forma a la atención médica y la exploración del tratamiento. Ayudan a los médicos a identificar mejores formas de tratar, diagnosticar y prevenir una variedad de afecciones. Es importante destacar que también prueban la seguridad y eficacia de diferentes cirugías, procedimientos de diagnóstico, vacunas, medicamentos y dispositivos.

El objetivo de los ensayos clínicos es llevar tratamientos probados al mercado con la aprobación de la FDA, pero esto no sería posible sin voluntarios de ensayo. Los voluntarios, como los 12 marineros que el Dr. Lind reclutó para su estudio, han ayudado a probar todos los medicamentos y tratamientos aprobados por la FDA disponibles en los EE. UU.

Entonces, si alguna vez tomó medicamentos o se sometió a un procedimiento médico, puede agradecer a un voluntario de investigación.

Por ejemplo, los voluntarios del ensayo ayudaron a llevar a cabo un nueva alternativa menos invasiva a la cirugía a corazón abierto tradicional llamada TAVR. Los investigadores de Baylor Scott & White estudiaron la TAVR para personas con estenosis aórtica, una afección en la que una válvula cardíaca no se abre por completo y bloquea el flujo de sangre al resto del cuerpo. TAVR recibió su primera aprobación de la FDA en 2019 para pacientes con riesgo quirúrgico bajo y el equipo participa en otros ensayos clínicos que exploran aplicaciones adicionales para esta nueva técnica quirúrgica. Esto solo es posible gracias a los pacientes que se ofrecen como voluntarios para los estudios que examinan su eficacia y seguridad.

Hay casi 2,000 otros estudios en curso a través del Instituto de Investigación Baylor Scott & White sobre diferentes medicamentos, terapias, dispositivos médicos y métodos quirúrgicos que están ayudando a avanzar en el futuro de la atención médica y ampliar las opciones disponibles para todos nosotros.

¿Por qué participar en un ensayo clínico?

Es probable que nunca antes se haya inscrito en un ensayo clínico, y es aún más probable que nunca se le haya pasado por la cabeza la idea de inscribirse en uno.

Para muchas personas, no es hasta que ellos o un miembro de la familia son diagnosticados con una condición que necesita respuestas que solo la investigación puede proporcionar que los ensayos clínicos vienen a la mente. Para otros, la capacidad de desempeñar un papel más activo en la atención médica es suficiente para justificar la exploración de ensayos abiertos.

Independientemente de cómo encuentre la investigación, su belleza radica en el hecho de que es indiscriminada: los ensayos dejan espacio y dan la bienvenida a diferentes poblaciones que varían en edad, género, historial médico y todo lo demás. El único hilo común entre los voluntarios es el poder de impactar la medicina y la vida de las personas para las generaciones venideras.

“Cuando está enfermo o tiene una afección crónica como el colesterol alto, no debería tener que esperar por un tratamiento adecuado para usted”, dijo Javed Butler, MD, MPH, MBA, presidente de Instituto de Investigación Baylor Scott & White. “Cuanta más investigación presentemos, más ensayos clínicos realizaremos, cuantos más voluntarios se unan a estos ensayos, más cerca estaremos de introducir más opciones de tratamiento que satisfagan las necesidades únicas de cada paciente”.

Obtenga más información sobre la investigación que se lleva a cabo en Baylor Scott & White Health. Podría encontrarse siguiendo los pasos de James Lind y sus 12 voluntarios ayudando a dar forma a la atención médica del mañana.