La sordera no impide que un estudiante de medicina persiga un sueño

Grace Lassiter, estudiante de medicina de tercer año en la Facultad de Medicina del Centro de Ciencias de la Salud de Texas A&M, se quita los audífonos antes de escuchar los latidos del corazón de un paciente a través de un estetoscopio.

“Mis pacientes mayores a menudo los veían y mencionaban que estaban pensando en comprarse un par”, se rió.

Grace tiene como objetivo unirse a un número muy pequeño de profesionales de la salud en los EE. UU. que practican la medicina sin su sentido del oído. Ella es la segunda estudiante con discapacidad auditiva que pasa por el programa Texas A&M. Otro estudiante con pérdida auditiva vino unos tres años antes que Grace, y ese estudiante ahora está estudiando otorrinolaringología.

“Sentí que estaban bien preparados para mí”, dijo Grace.

El tema de su sordera rara vez surge; la mayoría de sus compañeros estudiantes de medicina ni siquiera saben que Grace no puede oír. Ella no se considera a sí misma como discapacitada, no pierde el tiempo viendo su pérdida auditiva como algo que necesita compensar. Aparte de recordarles ocasionalmente a las personas que la miren cuando hablan, Grace no da ninguna indicación de su falta de capacidad auditiva.

Recuerda haber recibido sus primeros audífonos alrededor de los 12 años.

“Pude escuchar pasos por primera vez”, dijo.

La pérdida de audición de Grace se produjo gradualmente como resultado de una enfermedad nerviosa degenerativa. Al principio de su vida, le enseñaron a leer los labios, que es como ahora se comunica con el mundo.

Originalmente se inscribió en el programa de ciencias de la visualización de la Universidad Texas A&M, pero no pudo evitar su deseo de estudiar medicina. Así que ella y su madre, que la había educado en casa, hicieron un trato: si Grace obtenía una A en biología en el colegio comunitario local, podía tomar los cursos de ciencias básicas necesarios para la facultad de medicina.

Grace hizo la "A". Hoy es estudiante de medicina de tercer año en la Facultad de Medicina de Texas A&M y completa rotaciones clínicas en Baylor Scott & White Health.

Si bien Grace tiene un año más en la facultad de medicina, ya está considerando a qué programas de residencias médicas presentará solicitudes en septiembre.

Originalmente, Grace planeó ser médica de medicina familiar, pero una rotación quirúrgica de 12 semanas la hizo cambiar de opinión.

“La rotación de cirugías fue como enamorarme y no quería que terminara”, dijo. “Me dio energía”.

Grace quiere especializarse en un campo relativamente nuevo: la cirugía paliativa, que se utiliza para mejorar la calidad de vida de un paciente al aliviar el dolor u otros síntomas causados por un cáncer avanzado o intratable.

La madre de Grace, que alguna vez no estaba segura de que su hija asistiera a la escuela de medicina, ahora está convencida de que Grace tomó la decisión correcta.

“Está orgullosa”, dijo su futura hija médica.