Dolor en las articulaciones (artralgia)

Cuidado en el hogar

Puede intentar algunos tratamientos para el dolor articular en casa. Por ejemplo:

• Reposo: El reposo reduce la presión sobre la articulación afectada y le da tiempo para curarse.
• Hielo: La aplicación de una bolsa de hielo durante aproximadamente 15 minutos cada dos o tres horas puede reducir la inflamación articular.
• Ejercicio: Los estiramientos y los ejercicios de bajo impacto, como caminar, pueden mejorar la fuerza y la amplitud de movimiento de sus articulaciones. La actividad física también puede ayudarle a perder peso. El sobrepeso puede aumentar la presión sobre sus articulaciones.

Medicación

Los medicamentos pueden ayudar a controlar el dolor y, en algunos casos, pueden tratar la causa subyacente de su dolor articular.

• Paracetamol: Un medicamento de venta libre, el paracetamol puede ayudar a tratar el dolor que no está asociado con la inflamación.
• Antiinflamatorios no esteroideos (AINE): Los AINE de venta libre, como la aspirina y el ibuprofeno, pueden ayudar a controlar el dolor y reducir la inflamación. Algunos AINE, como el celecoxib, sólo están disponibles con receta médica.
• Cremas tópicas: A menudo disponibles sin receta, muchas cremas analgésicas contienen ingredientes dirigidos al dolor de la artritis.
• Antibióticos: Puede que necesite un antibiótico si su dolor articular está relacionado con una infección subyacente.
• Medicamentos inmunosupresores: Si padece una enfermedad autoinmune, es posible que su proveedor le recete un inmunosupresor, que ayuda a evitar que su sistema inmunitario ataque al tejido sano. Existen muchos tipos de medicamentos inmunosupresores, y el que reciba dependerá de su diagnóstico.

Inyecciones

Dependiendo de su diagnóstico, su proveedor puede recomendarle inyecciones directamente en la articulación. Pueden incluir corticosteroides para reducir la inflamación, ácido hialurónico para la lubricación o plasma rico en plaquetas (PRP) para estimular la cicatrización natural.

Terapia física

Surgery

Si sus articulaciones siguen doliéndole después de probar tratamientos no quirúrgicos, es posible que su proveedor o especialista ortopédico le recomiende una intervención quirúrgica. Puede beneficiarse de una de las siguientes opciones, en función de su diagnóstico y otros factores:

• Arthroscopy: Arthroscopy is a minimally invasive procedure typically used when there is not enough significant joint damage for a joint replacement. It involves the insertion of a tiny camera through small incisions to address and repair issues within the joint. Arthroscopy can benefit and address various joint problems, including inflammation, cartilage tears, torn ligaments, torn tendons and loose bone fragments.
• Joint fusion: Joint fusion is a procedure where a surgeon joins the ends of bones, removing the joint. They use plates, screws, pins or rods to hold the bones in place as they heal. This is most commonly done on the hands, ankles and spine.
• Cirugía de sustitución articular: When you have severe joint damage, joint replacement surgery can provide a long-lasting solution. This procedure involves removing the damaged joint and replacing it with an artificial joint. Surgeons can replace many joints, including the knee, hip and shoulder.
• Joint resurfacing: Your orthopedic surgeon may recommend joint resurfacing, where only the damaged part of an arthritic joint is replaced.
• Osteotomy: An osteotomy allows your surgeon to reposition your bone to take weight off a damaged area. It can be used to treat arthritis, as well as hip dysplasia and avascular necrosis.