El regreso del amputado del norte de Dallas inspira a los trabajadores de la salud

“Ella es absolutamente la mujer más fuerte que jamás hayamos conocido”.

Esas son palabras que la gente podría reservar para una abuela, madre, hermana, esposa o amiga cercana a la que conocen desde hace mucho tiempo. Sin embargo, en este caso, esas son las palabras que el personal del Baylor Regional Medical Center en Plano usó para describir a Kathryn Kuehn, de 41 años: esposa, madre de dos hijos y una paciente inolvidable.

Kuehn visitó recientemente a los cuidadores que le salvaron la vida en Baylor Plano, donde comenzó su atención hace un año.

En marzo pasado, Kuehn, residente de Richardson, ingresó en Baylor Plano con una infección potencialmente mortal. Al principio, su familia no pensó que iba a lograrlo. Sus órganos habían comenzado a fallar y había desarrollado una infección en la sangre.

Debido a la infección, sus manos y pies se vieron privados del flujo sanguíneo adecuado, lo que provocó la muerte del tejido. Kuehn se quedó con una decisión: amputación parcial de las cuatro extremidades o muerte. Pensando en su esposo y sus hijos pequeños, no fue una elección difícil para Kuehn.

Sin embargo, fue una decisión grave, una que pesó mucho no solo sobre Kuehn, sino sobre todos los involucrados en su cuidado, incluidos sus médicos.

“¿Estamos haciendo todo lo correcto con esta joven, quitándole todas estas partes?”, explicó uno de los médicos del personal médico de Baylor Plano que atendió a Kuehn. "¿Va a estar bien cuando se despierte ahora que hemos hecho todo esto?"

Un año después, está claro que la respuesta es un rotundo '¡sí!'

Kuehn ingresó a la UCI de Baylor Plano, donde pasó tres meses recuperándose después de que le amputaron las manos y los pies. Esta vez, el personal estuvo allí para saludarla en celebración con abrazos, lágrimas de alegría e incluso una pancarta y un pastel.

Después de dejar el hospital en mayo pasado, Kuehn pasó dos meses en rehabilitación en el Baylor Institute for Rehabilitation, aprendiendo a usar prótesis y continúa recibiendo terapia ambulatoria en el Baylor Tom Landry Fitness Center.

El trabajo duro y la determinación ayudaron a que la reunión de Baylor Plano fuera posible. Aunque para Kuehn y la UCI de Baylor Plano fue más que un reencuentro. Fue el cumplimiento de una promesa que le hizo al personal, que había pasado tanto tiempo cuidándola.

“Recuerdo haberle dicho: 'No puedo esperar el día en que vuelvas y entres aquí y nos veas'”, dijo una enfermera de la UCI con un nudo en la garganta.

Esa espera ahora ha terminado.

Kathryn Kuehn camina por el pasillo en Baylor Plano.

Kuehn abraza a Terrie Dagenhart, una de las enfermeras principales que la atendió y se mantuvo en contacto después de ser dada de alta de Baylor Plano.

Jerri Garison, presidente del Centro Médico Regional Baylor en Plano, saluda a Kuehn durante su visita de aniversario.

El Dr. Scott Biedermann (segundo desde la izquierda), el nefrólogo del equipo de atención de Kuehn, la saluda con una sonrisa.