La historia de Lisa: reflexionar sobre la vida de su padre, interrumpida por COVID-19

Como una de ocho hijos y madre de dos, la familia lo es todo para Lisa Havens. Pero la familia se ve muy diferente ahora después del fallecimiento del patriarca de la familia, su padre. Su padre puede haber sido 84 cuando falleció de COVID-19 pero, según Lisa, todavía le quedaba mucha vida por vivir.

Su padre fue veterano del ejército, maquinista y pastor de su iglesia durante casi 40 años. Pasó su vida al servicio de su país, su congregación y su familia, quienes lo amaban mucho.

“Sé que le hubiera gustado tener más días con nosotros y especialmente con mi mamá”, dijo Lisa. “Tuvieron una historia de amor realmente hermosa. Éramos su vida”.

Lisa, ex enfermera y ahora asesora legal y directora de riesgos de Baylor Scott & White Health, estaba de vacaciones cuando recibió la llamada. Su papá estaba ingresado en la sala de emergencias y su mamá tampoco se sentía bien. Poco sabía ella que esa llamada cambiaría para siempre a su familia.

Su padre pasó dos semanas difíciles en el hospital mientras su equipo de atención probaba todas las opciones de tratamiento disponibles para salvarle la vida. Su estado se deterioró rápidamente.

“Es un hombre duro que no se quejó, pero realmente sufrió”, dijo Lisa.

Después de que fallara la diálisis, llegó el momento de hablar sobre el hospicio. Sus niveles de oxígeno eran tan bajos que solo podía respirar por sí mismo durante dos minutos a la vez, lo que le dificultaba mucho hablar. Lisa y sus hermanos le explicaron cómo funciona el hospicio y cómo iban a mantenerlo cómodo durante el tiempo que le quedaba.

Pero su padre tenía un deseo diferente.

Un terapeuta respiratorio vino a ayudarlo a quitarse la máscara para que pudiera comunicarse con sus hijos. Esa es una conversación que Lisa nunca olvidará.

Les dijo que estaba cansado, que estaba listo para ir al cielo y que quería apagar el oxígeno que lo mantenía con vida. Se dio cuenta de que todos los tratamientos estaban fallando y estaba listo para lo que venía después.

El agosto 22, Lisa y su familia se reunieron a su alrededor para que pudiera pasar sus últimos momentos rodeado de las personas que más amaba en el mundo. Pasó sus últimos minutos haciendo lo que mejor sabía hacer: inspirar a su familia con coraje y optimismo, diciéndoles que todo iba a estar bien.

Ahora, Lisa quiere compartir la historia de su padre con la esperanza de que pueda evitar a otras familias el dolor que ella ha experimentado. Su padre no estaba en contra de la vacuna, solo pensaba que era demasiado nueva. Lisa no tuvo oportunidad de hacerlo cambiar de opinión antes de que fuera demasiado tarde.

“No tuve la oportunidad de tener esa conversación con él”, dijo. “Sé que mi papá no querría que nadie sufriera como él sufrió”.

Una de las primeras cosas que su madre le dijo después de llegar a casa del hospital fue: “Lisa, ojalá nos hubiéramos puesto esa vacuna”.

Lisa’s dad lost his battle with COVID-19 before she had a chance to share more information about the vaccine. Don’t waste your chance. Start the conversation today.