Una segunda oportunidad en la vida: cómo un donante desinteresado de órganos salvó la vida de esta joven madre

After passing her nurse practitioner boards with high marks and welcoming her second child to the world in June of 2020, Katie Blalock had a lot to celebrate. But just a month later, she woke up confused in a hospital bed with several tubes in her body. Her nurse told her she’d had a liver transplant.

Lo que comenzó como una infección común se convirtió en la peor pesadilla de su familia. Gracias a la elección desinteresada de un extraño de convertirse en donante de órganos, Katie está viva y bien hoy.

Un partido milagroso

Después de alimentar a su hijo recién nacido, Katie desarrolló mastitis, una infección del tejido mamario comúnmente causada por la lactancia. Le recetaron un antibiótico que normalmente elimina la infección rápidamente, pero en su raro caso, causó una lesión hepática inducida por el medicamento y, finalmente, insuficiencia hepática.

“Todo este tiempo mi preocupación es por mi esposo y mis hijos”, dijo Katie.

El equipo de atención de Katie en Baylor Scott & White All Saints Medical Center – Fort Worth le dijo a su familia que necesitaría un trasplante completo de hígado. Su hígado, que alguna vez estuvo sano, ahora estaba un 70 % necrosado o muerto. Le quedaban solo 12-24 horas de vida.

A las 15 horas, el marido de Katie recibió una llamada telefónica extraordinaria. Tenían compatibilidad: un hígado donado era compatible con su cuerpo.

La decisión de un extraño de convertirse en donante de órganos le salvó la vida. Ahora, Katie anima a todos a marcar esa casilla cuando renueven sus licencias de conducir porque nunca se sabe lo que podría pasar.

Katie no tenía ninguna enfermedad preexistente y no esperaba recibir un trasplante.

“Cuando pienso en la lista de trasplantes, pienso en personas que padecen enfermedades crónicas”, dijo. "Realmente nunca había pensado que podría ser tan grave".

Una nueva pasión por la atención al paciente

Como enfermera especializada, Katie no es ajena al entorno sanitario. Sin embargo, ser paciente era un nuevo tipo de vulnerabilidad que da forma a cómo se relaciona ahora con sus pacientes.

“Le digo esto a cada paciente: lo único que quiero es que esté lo mejor atendido posible”, dijo Katie. “¿Cuál es el punto de ser enfermera practicante si no voy a hacer la debida justicia, verdad? Y creo que eso realmente se debió a lo bien que me atendió todo el equipo de trasplante. Ni siquiera debería estar aquí hoy”.

Su equipo de atención en Baylor Scott & White All Saints Medical Center – Fort Worth la hizo sentir cómoda durante el proceso de recuperación del trasplante, dijo. Dado que se sometió a su trasplante mientras estaban vigentes las restricciones de visitas por COVID-19, Katie dependía del apoyo de sus enfermeras cuando su marido no podía estar presente.

Cuando una de sus enfermeras estaba a punto de irse a casa por el día, Katie recuerda haber llorado en los brazos de la enfermera porque no quería que ella se fuera a casa.

“Me preguntó si podía darme un abrazo, ella me abrazó y yo la abracé y ella me dijo que todo iba a estar bien y que volvería por la mañana”, dijo Katie. "Y

Tengo como 35 años y actúo como si tuviera dos años. Pero las enfermeras me apoyaron mucho”.

According to Donate Life Texas, 17 people die every day because the organ they need is not donated in time. Katie said she shares her story to encourage more people to sign up to be organ donors. She is now healthy and enjoying her second chance at life with her husband and two children, thanks to her donor’s generous decision to become an organ donor.

You, too, could save a life. Become an organ donor today at Donate Life Texas, or by registering when you renew your driver’s license.